¿Es hora de romper con su pediatra?
- Falta de confianza: No se siente cómodo hablando sobre la salud de su hijo con su pediatra o no confía en sus consejos médicos.
- Problemas de comunicación: Su pediatra no escucha sus inquietudes o no se comunica efectivamente con usted.
- Desacuerdos sobre el tratamiento: Usted y su pediatra tienen opiniones diferentes sobre la mejor manera de tratar los problemas de salud de su hijo.
- Inaccesibilidad: Es difícil comunicarse con su pediatra o no responde a sus mensajes de manera oportuna.
- Falta de apoyo: Su pediatra no le brinda el apoyo que necesita como padre, como apoyo emocional o recursos para la crianza de los hijos.
- Descuido: Su pediatra no se toma el tiempo para examinar minuciosamente a su hijo o no da seguimiento a los resultados de las pruebas ni a las derivaciones.
- Entorno de oficina incómodo: El consultorio del pediatra está sucio o desorganizado, o el personal es grosero o poco profesional.
- Tiempos de espera largos: Constantemente tiene que esperar mucho tiempo para sus citas o para que su pediatra le devuelva las llamadas telefónicas.
- A tu hijo no le gusta el pediatra: Su hijo tiene miedo o se siente incómodo con su pediatra, lo que puede dificultar que reciba la atención que necesita.
Si está pensando en romper con su pediatra, es importante que investigue y encuentre un nuevo pediatra que sea adecuado para su familia. A continuación se ofrecen algunos consejos para encontrar un nuevo pediatra:
- Obtener recomendaciones: Pida recomendaciones para pediatras a amigos, familiares y otros padres.
- Entrevistar a posibles pediatras: Reúnase con varios pediatras antes de tomar una decisión. Pregúnteles sobre su experiencia, su filosofía de atención y cómo manejarían escenarios específicos.
- Considere la ubicación y el horario de la oficina: Asegúrese de que el consultorio del pediatra sea conveniente para usted y su familia.
- Confía en tu instinto: Acuda al pediatra con el que se sienta más cómodo y que crea que brindará la mejor atención a su hijo.