¿Los niños necesitan tomar una siesta? Cuándo, por qué y cómo hacer que los niños duerman una siesta
¿Cuándo necesitan los niños una siesta?
La edad óptima para tomar una siesta varía de un niño a otro. Generalmente, la mayoría de los niños de entre 1 y 3 años necesitan de una a dos siestas al día. A medida que los niños crecen, es posible que aún se beneficien de las siestas, pero es posible que no las necesiten con tanta frecuencia y la duración de las siestas puede disminuir.
¿Por qué los niños necesitan tomar una siesta?
Hay varias razones por las que la siesta es importante para los niños:
1. Descanso y recuperación: La siesta permite que el cuerpo y la mente de los niños descansen y se recuperen. Ayuda a reponer sus reservas de energía, para que puedan seguir explorando y aprendiendo a lo largo del día.
2. Función cognitiva mejorada: La siesta se ha relacionado con una mejor función cognitiva, incluida una mayor memoria, atención y capacidad para resolver problemas.
3. Regulación del estado de ánimo: La siesta puede ayudar a estabilizar el estado de ánimo de los niños, reduciendo la irritabilidad y el mal humor.
4. Estimulo del sistema inmunológico: La siesta fortalece el sistema inmunológico de los niños al permitirles combatir infecciones y enfermedades de manera más efectiva.
Cómo hacer que los niños duerman la siesta:
Hacer que los niños duerman una siesta a veces puede ser un desafío, pero aquí hay algunos consejos que pueden ayudar:
1. Establece una rutina: Tener un horario de siesta constante ayuda a los niños a desarrollar un patrón de sueño y vigilia. Trate de acostarlos para que duerman la siesta aproximadamente a la misma hora todos los días.
2. Cree un ambiente relajante: Asegúrese de que la habitación esté tranquila, oscura y fresca. Evite actividades que puedan estimular al niño.
3. Rutina a la hora de acostarse: Establezca una rutina relajante a la hora de acostarse, como leer un libro o cantar una canción de cuna, antes de la siesta.
4. Monitorear la vigilia: Esté atento a signos de somnolencia, como frotarse los ojos o bostezar. Déjalo dormir una siesta antes de que se canse demasiado, ya que puede ser más difícil tranquilizarlo una vez que llegue a este punto.
5. Limite el tiempo de la siesta: Si bien tomar una siesta es importante, también es esencial limitar su duración. Dormir demasiado durante el día puede interferir con el sueño nocturno.
6. Sea paciente: Es posible que a los niños les lleve algún tiempo acostumbrarse al horario de siesta. Sea paciente y constante y, eventualmente, se acostumbrará a una rutina regular de siesta.
Recuerde que cada niño es único y sus necesidades de siesta pueden variar. Si tiene alguna inquietud sobre los patrones de sueño de su hijo, siempre es una buena idea hablar con un pediatra o proveedor de atención médica para obtener asesoramiento personalizado.