¿Qué le pasa a un preadolescente si no puede saciarse?
- Aceleraciones de crecimiento: Durante los períodos de rápido crecimiento, es posible que los niños necesiten comer más alimentos para satisfacer sus necesidades nutricionales. Esto puede provocar sensación de hambre, incluso después de comer una comida abundante.
- Desnutrición: Una dieta carente de nutrientes esenciales, como proteínas, hierro o vitamina B12, también puede provocar sensación de hambre. Esto puede ser especialmente común en preadolescentes que son muy activos o que tienen malos hábitos alimentarios.
- Condiciones médicas: Ciertas afecciones médicas, como la diabetes, la enfermedad celíaca o la enfermedad de Crohn, también pueden provocar sensación de hambre. Estas condiciones pueden afectar la capacidad del cuerpo para absorber nutrientes, provocando desnutrición y pérdida de peso.
- Factores psicológicos: Algunos preadolescentes también pueden experimentar sensación de hambre debido a factores psicológicos, como ansiedad o depresión. Esto puede provocar atracones o comer en exceso, lo que puede contribuir aún más a la sensación de hambre.
- Expectativas poco realistas: Algunos preadolescentes pueden tener expectativas poco realistas sobre su peso o apariencia corporal. Esto puede llevarlos a restringir su ingesta de alimentos, lo que puede provocar sensación de hambre.
- Condición médica subyacente: Si su hijo experimenta sensación persistente de hambre, es importante consultar a un médico para descartar cualquier afección médica subyacente.