¿Por qué los adultos se marean y enferman más rápidamente que los niños cuando dan vueltas?

Los adultos se marean y enferman más rápidamente al dar vueltas que los niños debido a una combinación de factores fisiológicos y anatómicos relacionados con el sistema vestibular y su sensibilidad al movimiento. Estas son las razones clave por las que los adultos pueden experimentar mareos y mareos con mayor facilidad:

1. Función vestibular reducida:

A medida que los individuos envejecen, su función vestibular, que controla el equilibrio y la orientación espacial, disminuye gradualmente. El sistema vestibular depende de los órganos sensoriales del oído interno y del cerebro para procesar información sobre los movimientos de la cabeza y mantener el equilibrio. Con la edad, estos órganos sensoriales y sus conexiones neuronales pueden deteriorarse, lo que lleva a una reducción de la información sensorial y un procesamiento menos eficiente de las señales relacionadas con el movimiento.

2. Disminución de la integración sensorial:

La capacidad del cerebro para integrar información sensorial del sistema vestibular, la visión y la propiocepción (conciencia de la posición del cuerpo) disminuye con la edad. Esta disminución en la integración sensorial puede hacer que a los adultos les resulte más difícil adaptarse a los cambios rápidos de movimiento, lo que provoca mareos y mareos.

3. Rigidez y flexibilidad reducida:

A medida que las personas envejecen, sus articulaciones y músculos tienden a volverse más rígidos y menos flexibles. Esta flexibilidad reducida puede limitar la capacidad de la cabeza y el cuello para moverse libremente durante el giro, lo que desafía aún más la capacidad del sistema vestibular para mantener el equilibrio.

4. Flujo sanguíneo reducido:

El envejecimiento se asocia con una disminución de la circulación general y del flujo sanguíneo a varias partes del cuerpo, incluido el cerebro. La reducción del flujo sanguíneo al cerebro puede afectar la función del sistema vestibular y contribuir a los mareos y el mareo.

5. Medicamentos y condiciones de salud:

Ciertos medicamentos, como los antibióticos y los antihistamínicos, pueden tener efectos secundarios que incluyen mareos y vértigo. Además, las condiciones de salud subyacentes, como los trastornos del oído interno, las afecciones neurológicas o los problemas cardiovasculares, pueden contribuir a una mayor susceptibilidad a los mareos y el mareo en los adultos.

6. Ansiedad y factores psicológicos:

La ansiedad y los factores psicológicos también pueden influir en el mareo y los mareos. Los adultos que son más propensos a la ansiedad o tienen antecedentes de mareos pueden experimentar síntomas más intensos al girar o realizar actividades relacionadas con el movimiento.

Es importante tener en cuenta que existen variaciones individuales y que no todos los adultos experimentan una mayor susceptibilidad a los mareos y el mareo con la edad. La actividad física regular, el mantenimiento de una buena salud general y la práctica de técnicas como la adaptación gradual al giro o a actividades que induzcan el movimiento pueden ayudar a mitigar estos síntomas en muchas personas. Si los mareos y el mareo se vuelven severos o interfieren con la vida diaria, se recomienda consultar a un profesional de la salud para una evaluación y manejo adecuados.