La exposición al moho puede contribuir al desarrollo de diversos problemas de salud, pero no existe evidencia científica que sugiera que pueda causar convulsiones directamente en un niño que nunca antes las ha tenido. Las convulsiones generalmente se asocian con afecciones o trastornos médicos subyacentes que afectan la actividad eléctrica del cerebro. Si le preocupan los posibles efectos sobre la salud de su hijo por la exposición al moho, es importante consultar a un profesional médico para una evaluación y un tratamiento adecuado.