¿Cómo es la edad un factor de riesgo de enfermedad?

La edad es un factor de riesgo importante para una amplia gama de enfermedades por varias razones:

Acumulación de daño celular: A medida que envejecemos, nuestras células y tejidos sufren daños acumulativos de diversas fuentes, incluido el estrés oxidativo, los radicales libres y los subproductos metabólicos. Este daño puede provocar disfunción celular, mutaciones y, finalmente, enfermedades relacionadas con la edad.

Sistema inmunológico más débil: El sistema inmunológico juega un papel crucial en la defensa contra infecciones y enfermedades. Sin embargo, a medida que envejecemos, el sistema inmunológico se vuelve menos eficiente a la hora de reconocer y eliminar patógenos, lo que hace que las personas mayores sean más susceptibles a infecciones, ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades.

Función orgánica reducida: A medida que avanza la edad, hay una disminución gradual en la función de los órganos principales, incluidos el corazón, los pulmones, los riñones y el hígado. Esta disminución de la función de los órganos puede conducir a una mayor susceptibilidad a diversas enfermedades relacionadas con la edad.

Factores genéticos: El envejecimiento está influenciado por factores tanto genéticos como ambientales. Algunas variaciones y mutaciones genéticas que ocurren durante nuestra vida pueden aumentar el riesgo de padecer ciertas enfermedades relacionadas con la edad, como enfermedades cardiovasculares, trastornos neurodegenerativos y tipos específicos de cáncer.

Senescencia celular: La senescencia celular es un proceso en el que las células pierden su capacidad de dividirse y funcionar correctamente. Las células senescentes se acumulan en los tejidos con el tiempo y pueden contribuir a enfermedades relacionadas con la edad al alterar la función normal de los tejidos y promover la inflamación.

Resiliencia reducida: A medida que envejecemos, nuestros cuerpos se vuelven menos adaptables al estrés y los desafíos ambientales. Esta resiliencia reducida puede hacer que las personas mayores sean más susceptibles a diversos problemas de salud y más lentas en recuperarse de enfermedades o lesiones.

Por lo tanto, la edad avanzada aumenta la probabilidad de desarrollar diversas enfermedades y afecciones debido a una combinación de factores relacionados con el daño celular, la disminución de la función inmune, la disfunción de órganos, factores genéticos, la senescencia celular y la reducción de la resiliencia.