De hecho, los hijos de alcohólicos corren un mayor riesgo de desarrollar ellos mismos trastornos por consumo de alcohol, pero este resultado no es universal ni inevitable. Varios factores contribuyen a este mayor riesgo, incluida la genética, las influencias ambientales, los traumas infantiles y el aprendizaje social. Sin embargo, es importante señalar que no todos los hijos de alcohólicos se vuelven alcohólicos y muchos superan este riesgo y viven una vida sana y plena.