¿Qué causa el aumento de linfocitos y el agrandamiento de los ganglios linfáticos en los niños pequeños?
Infecciones virales: Las infecciones virales infantiles comunes, como el sarampión, las paperas, la rubéola, la varicela y la mononucleosis infecciosa, pueden provocar un aumento temporal de los linfocitos y un agrandamiento de los ganglios linfáticos. Estas infecciones suelen resolverse por sí solas en unas pocas semanas.
Infecciones bacterianas: Ciertas infecciones bacterianas, como la faringitis estreptocócica, la amigdalitis y las infecciones de oído, también pueden provocar aumento de linfocitos e inflamación de los ganglios linfáticos. Por lo general, se requiere tratamiento con antibióticos para resolver estas infecciones.
Reacciones del sistema inmunológico: El sistema inmunológico de los niños pequeños aún se está desarrollando y, en ocasiones, puede reaccionar de forma exagerada a ciertas sustancias, provocando una reacción alérgica. Las alergias, como las alergias alimentarias o la rinitis alérgica (fiebre del heno), pueden provocar un aumento de linfocitos y agrandamiento de los ganglios linfáticos.
Trastornos autoinmunes: En casos raros, los linfocitos elevados y los ganglios linfáticos agrandados pueden ser un signo de un trastorno autoinmune subyacente, como artritis idiopática juvenil o lupus. Estas condiciones requieren atención y tratamiento médico especializado.
Cáncer: Aunque son poco comunes, ciertos tipos de cánceres infantiles, como la leucemia y el linfoma, pueden provocar un aumento de los linfocitos y agrandamiento de los ganglios linfáticos. Si su niño pequeño tiene linfocitos elevados persistentes o inexplicables y ganglios linfáticos agrandados, es importante buscar consejo médico para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Es esencial consultar a un pediatra o proveedor de atención médica si nota linfocitos elevados y ganglios linfáticos agrandados en su niño pequeño. El médico puede realizar un examen exhaustivo, recopilar antecedentes médicos y recomendar pruebas adecuadas para determinar la causa subyacente y garantizar el tratamiento adecuado.