No existe una edad universal en la que una persona se considere lo suficientemente responsable como para visitar al médico sola. Los diferentes proveedores de atención médica y jurisdicciones locales tienen sus propias políticas basadas en la edad que determinan cuándo un menor puede consultar a un médico sin estar acompañado por un adulto. Estos límites de edad pueden variar según las circunstancias y el propósito de la consulta. Algunas jurisdicciones establecen un umbral de edad, por ejemplo, 15 o 17 años, por debajo del cual normalmente se requiere el consentimiento o el acompañamiento de los padres, al tiempo que permiten ciertas excepciones más allá de la edad límite para cuestiones delicadas de salud cuando los menores buscan tratamientos específicos de forma independiente. Para obtener información precisa sobre la edad aplicable u otras condiciones relacionadas con su ubicación, es importante consultar directamente las leyes y políticas locales establecidas por las instituciones de atención médica en su jurisdicción.