¿Cómo es la remisión de la CU?

Lograr la remisión de la colitis ulcerosa (CU) significa que la inflamación y los síntomas de la enfermedad están bien controlados y son mínimos o ya no están presentes. Cuando una persona con CU está en remisión, puede experimentar lo siguiente:

1. Ausencia o reducción de síntomas:

- Sin brotes o episodios de diarrea con sangre, dolor abdominal o deposiciones frecuentes.

2. Evacuaciones intestinales normales:

- Hábitos intestinales regulares, normalmente a diario o cada dos días, sin urgencia ni dificultad.

3. Consistencia mejorada de las heces:

- Las heces son bien formadas y sólidas, sin restos de sangre ni mocos.

4. Urgencia reducida y tenesmo:

- Ausencia de deseos intensos y frecuentes de defecar ni molestias por evacuación incompleta.

5. Bienestar general:

- Mejora general del bienestar físico y mental, incluido un aumento de la energía, el apetito y la calidad del sueño.

6. Endoscopia normal o casi normal:

- Durante una colonoscopia, un endoscopista puede observar signos de inflamación reducidos o mínimos, como curación de la mucosa o cicatrización sin lesiones activas.

7. Resultados del análisis de sangre:

- Los marcadores inflamatorios, como la proteína C reactiva (PCR), pueden volver a niveles normales, lo que indica una reducción de la inflamación sistémica.

8. Mejora de la calidad de vida:

- Las personas en remisión pueden realizar actividades diarias, socializar, viajar y, en general, disfrutar de una mayor calidad de vida sin las limitaciones impuestas por los síntomas de la CU.

9. Terapia de mantenimiento:

- Para mantener la remisión, las personas pueden continuar tomando los medicamentos recetados por su proveedor de atención médica o realizar modificaciones en el estilo de vida recomendadas por su equipo de atención médica.

Es esencial tener en cuenta que lograr y mantener la remisión de la CU es único para cada individuo y los criterios específicos pueden variar según el enfoque de tratamiento y la gravedad de la enfermedad. El seguimiento regular por parte de un profesional de la salud es esencial para evaluar la actividad de la enfermedad y ajustar los tratamientos en consecuencia.