¿Cuáles eran las condiciones en los asilos de la época victoriana?
* Los reclusos de los asilos a menudo eran obligados a trabajar largas horas en condiciones peligrosas e insalubres. A menudo se les exigía que realizaran tareas agotadoras, como romper piedras o trabajar en fábricas, por una remuneración escasa o nula.
* La comida proporcionada a los internos de los asilos era a menudo inadecuada y de mala calidad. Muchos reclusos eran obligados a comer gachas o pan y agua, y a menudo sólo se les daban pequeñas porciones.
* Los reclusos de los asilos a menudo eran alojados en condiciones de hacinamiento e insalubres. A menudo se los obligaba a dormir en dormitorios grandes sin privacidad y, a menudo, estaban infestados de piojos y otras plagas.
* Los reclusos de los asilos a menudo eran sometidos a abusos físicos y verbales por parte del personal del asilo. A menudo eran golpeados o reprendidos verbalmente por infracciones menores de las reglas.
* Los reclusos de los asilos a menudo eran separados de sus familias. Muchos asilos tenían políticas de separar a maridos y esposas, y a padres e hijos. Esto causó una gran angustia emocional a los reclusos.
Las condiciones en los asilos victorianos fueron motivo de gran preocupación pública. Mucha gente consideró que los asilos eran crueles e inhumanos y pidieron reformas para mejorar las condiciones de los reclusos. En respuesta a esta presión, el gobierno aprobó varias leyes a finales del siglo XIX que mejoraron las condiciones en los asilos. Estas leyes incluían:
* Ley de Enmienda a la Ley de Pobres de 1834: Esta ley estableció la Comisión de Ley de Pobres, que era responsable de supervisar la administración de los asilos.
* Ley de Enmienda a la Ley de Pobres de 1847: Esta ley prohibía la separación de maridos y mujeres, y de padres e hijos, en los asilos.
* Ley de Enmienda a la Ley de Pobres de 1867: Esta ley abolió la prueba de los asilos, que requería que las personas pobres y sanas ingresaran a un asilo para recibir ayuda.
Las reformas de finales del siglo XIX mejoraron las condiciones en los asilos victorianos, pero no eliminaron todos los problemas. Los asilos seguían hacinados y eran insalubres, y la comida proporcionada a los reclusos a menudo seguía siendo inadecuada. Sin embargo, las reformas hicieron que la vida en los asilos fuera más llevadera para los reclusos y ayudaron a reducir el estigma asociado con la pobreza.**