En la mayoría de los países, incluido Estados Unidos, no es posible convertirse en enfermero mientras se está en prisión. La enfermería es una profesión autorizada que requiere un alto nivel de educación, capacitación y experiencia clínica. Para convertirse en enfermera, las personas deben completar un programa de educación en enfermería y aprobar el Examen de Licencia del Consejo Nacional (NCLEX). Las prisiones no ofrecen programas de educación en enfermería y los reclusos no tienen la oportunidad de adquirir la experiencia clínica necesaria para convertirse en enfermeras.