¿Heredas la EPOC?

Si bien la genética puede desempeñar un papel en el desarrollo de la EPOC, es importante comprender que la EPOC no se hereda directamente. Sin embargo, ciertos rasgos heredados o factores genéticos pueden aumentar la susceptibilidad de un individuo a desarrollar EPOC.

El factor de riesgo genético más conocido de la EPOC es una deficiencia de una proteína llamada alfa-1 antitripsina (AAT). La AAT es producida por el hígado y ayuda a proteger los pulmones del daño causado por la inflamación. Las personas que tienen una deficiencia de AAT tienen más probabilidades de desarrollar EPOC, especialmente si también fuman o están expuestas a otros irritantes pulmonares.

Otros factores genéticos que se han relacionado con la EPOC incluyen variaciones en genes relacionados con el desarrollo pulmonar, la función del sistema inmunológico y el estrés oxidativo. Estos factores pueden afectar la susceptibilidad de un individuo a la EPOC y la gravedad de la afección.

Es importante señalar que la genética por sí sola no determina si una persona desarrollará EPOC. Los factores ambientales, como el tabaquismo, la exposición a la contaminación del aire y los riesgos laborales, desempeñan un papel importante en el desarrollo y la progresión de la EPOC.

Es fundamental que las personas con antecedentes familiares de EPOC o aquellas preocupadas por sus factores de riesgo hablen de sus inquietudes con un profesional de la salud. El diagnóstico temprano, las modificaciones en el estilo de vida y el tratamiento médico adecuado pueden ayudar a retardar la progresión de la EPOC y mejorar la salud pulmonar en general.