¿Por qué esperar con atención?

Espera vigilante , también llamado manejo expectante o vigilancia activa , es una estrategia de seguimiento utilizada en medicina cuando se comprende bien la historia natural de una afección y los beneficios potenciales del tratamiento no están claramente establecidos. Implica un seguimiento regular de la afección, iniciándose el tratamiento sólo si la afección empeora o cambia de una manera que sugiera la necesidad de intervención.

Razones para la espera vigilante:

- Falta de evidencia clara de la efectividad del tratamiento:cuando no hay evidencia suficiente para respaldar los beneficios del tratamiento en comparación con los riesgos potenciales, puede preferirse la espera vigilante.

- Síntomas mínimos o progresión lenta:En los casos en los que los síntomas son leves o inexistentes y la afección progresa lentamente, la espera vigilante puede ser una estrategia adecuada para evitar tratamientos innecesarios y sus efectos secundarios.

- Equilibrar los beneficios y riesgos del tratamiento:la espera vigilante permite un seguimiento estrecho para detectar cualquier signo de progresión o deterioro, lo que permite una intervención oportuna si es necesario. También minimiza los riesgos asociados a tratamientos innecesarios.

- Preferencias de los pacientes:Involucrar a los pacientes en la toma de decisiones y considerar sus preferencias es fundamental en la espera vigilante. Algunos pacientes pueden preferir retrasar o evitar el tratamiento hasta que los síntomas se vuelvan más graves o afecten su calidad de vida.

Condiciones para la espera vigilante:

- Historia natural bien definida:la espera vigilante es más apropiada cuando se comprende bien la historia natural de la enfermedad y el curso esperado de la enfermedad es predecible.

- Herramientas de seguimiento adecuadas:el seguimiento periódico es crucial en la espera vigilante. Esto puede incluir exámenes físicos, pruebas de imagen, pruebas de laboratorio o evaluaciones de síntomas, según la afección.

- Criterios claros de intervención:Se deben establecer criterios predefinidos para determinar cuándo es necesaria la intervención o el tratamiento. Estos criterios pueden incluir umbrales de síntomas específicos, cambios en los resultados de las pruebas o signos de progresión de la enfermedad.

- Toma de decisiones compartida:La espera vigilante debe ser una decisión compartida entre el profesional sanitario y el paciente. Los riesgos, beneficios y opciones alternativas deben discutirse exhaustivamente, asegurando la comprensión y participación del paciente en el proceso de toma de decisiones.

Ejemplos de condiciones en las que se puede utilizar la espera vigilante:

- Cánceres de próstata pequeños, localizados y sin características agresivas.

- Ciertos nódulos tiroideos no agresivos

- Hiperplasia prostática benigna (HPB) con síntomas leves

- Quistes renales asintomáticos o pequeñas masas renales.

- Estenosis de la arteria carótida asintomática con bajo riesgo de accidente cerebrovascular

- Algunas lesiones cutáneas de bajo riesgo o condiciones precancerosas.

Es importante señalar que la espera vigilante no es lo mismo que ignorar una condición. Implica un seguimiento estrecho y evaluaciones periódicas para garantizar una intervención oportuna si es necesario. La decisión de emplear la conducta expectante debe considerarse cuidadosamente en consulta con un profesional de la salud, teniendo en cuenta las circunstancias específicas y las preferencias individuales del paciente.