¿Qué impulsó primero a los proveedores de atención médica a implementar prácticas de antisepsia de manos?

Ignaz Semmelweis, un médico húngaro que trabajó en Viena en la década de 1840, es ampliamente considerado como el pionero en implementar prácticas antisépticas para las manos. Semmelweis observó que la tasa de mortalidad entre las mujeres que daban a luz en el hospital de maternidad era mucho mayor que en la clínica dirigida por parteras. Planteó la hipótesis de que algo en el entorno hospitalario estaba provocando la alta tasa de mortalidad y creía que se propagaba por manos de médicos y enfermeras.

Para probar su hipótesis, Semmelweis introdujo un protocolo obligatorio de lavado de manos utilizando una solución de cloro. Instruyó a los médicos y enfermeras a lavarse las manos con la solución clorada antes de examinar a cada paciente. Como resultado, la tasa de mortalidad en el hospital de maternidad cayó drásticamente, lo que respalda su teoría.

Los hallazgos y recomendaciones de Semmelweis inicialmente encontraron resistencia por parte de sus colegas, quienes se mostraron escépticos ante la idea de que sus manos pudieran ser la fuente de infección. Sin embargo, con el tiempo, la importancia de la higiene de manos ganó reconocimiento y las prácticas de lavado de manos se convirtieron en un componente esencial de las medidas de prevención de infecciones en los entornos sanitarios.