¿Cómo se defiende el organismo de la fiebre amarilla?
Respuesta inmune:
1. Respuesta inmune adaptativa: Después de la infección, el sistema inmunológico del cuerpo produce anticuerpos específicos contra el virus de la fiebre amarilla. Estos anticuerpos reconocen el virus y se unen a él, impidiendo que infecte las células.
2. Células B y T de memoria: Después de la infección primaria, se generan células B y T de memoria. Estas células "recuerdan" el virus, lo que permite una respuesta inmunitaria más rápida y sólida si se vuelven a infectar en el futuro. Ésta es la base de la inmunidad a largo plazo contra la fiebre amarilla.
Producción de interferón:
- Cuando se infectan con el virus de la fiebre amarilla, las células producen interferones, que son proteínas que inhiben la replicación viral. Los interferones ayudan a limitar la propagación del virus a las células no infectadas.
Fiebre:
- La fiebre es un síntoma común de la fiebre amarilla y sirve como mecanismo de defensa. Las temperaturas corporales elevadas pueden inhibir la replicación y la infectividad del virus. También promueve las respuestas inmunes y la circulación, facilitando la entrega de células inmunes y anticuerpos a los tejidos afectados.
Activación del sistema complementario:
- El sistema del complemento es una parte crucial del sistema inmunológico. Ayuda a destruir patógenos invasores etiquetándolos para que las células inmunitarias los reconozcan y los destruyan. En la infección por fiebre amarilla, el sistema del complemento se activa, lo que provoca la lisis de las células infectadas por el virus.
Citotoxicidad mediada por células dependiente de anticuerpos (ADCC):
- ADCC es un mecanismo en el que los anticuerpos unidos a células infectadas reclutan células efectoras inmunes, como las células asesinas naturales (NK), para reconocer y matar las células infectadas por virus.
Vacunación:
- La forma más eficaz de protegerse contra la fiebre amarilla es mediante la vacunación. La vacuna contra la fiebre amarilla es una vacuna viva atenuada que induce una inmunidad sólida sin causar una enfermedad grave. La vacunación estimula la producción de anticuerpos que brindan una protección duradera contra el virus de la fiebre amarilla.
Estos mecanismos de defensa trabajan juntos para proteger al cuerpo contra la infección por fiebre amarilla, lo que lleva a la resolución de los síntomas y previene complicaciones graves.