Las máscaras antipolvo, también conocidas como respiradores de partículas, protegen a los usuarios de la inhalación de partículas peligrosas en el aire, como polvo, humo y ciertos tipos de patógenos. Cubren la nariz y la boca y están diseñados para filtrar partículas antes de que lleguen al sistema respiratorio. Las máscaras antipolvo se usan comúnmente en diversas industrias, sitios de construcción, entornos de atención médica y durante actividades como limpiar, lijar o trabajar con materiales polvorientos. Ofrecen protección contra partículas sólidas pero no son eficaces para filtrar gases o vapores.