El equipo de protección personal (PPE) debe inspeccionarse periódicamente, normalmente antes de cada uso, para garantizar que esté en buenas condiciones, operativo y adecuado para el trabajo en cuestión. Las inspecciones periódicas ayudan a identificar cualquier signo de daño, deterioro o ajuste incorrecto que pueda comprometer la eficacia del EPI. Las inspecciones periódicas también permiten a los usuarios reemplazar rápidamente los equipos desgastados o defectuosos, lo que reduce el riesgo de lesiones o exposición a sustancias peligrosas.