¿Por qué las infecciones de los senos prosperan en las madres que amamantan?

Las madres que amamantan son más susceptibles a sufrir infecciones mamarias, comúnmente conocidas como mastitis, debido a varios factores:

Anatomía y flujo de leche :La mama sufre cambios importantes durante la lactancia, con aumento del flujo sanguíneo y de la producción de leche. Esto crea un ambiente cálido y húmedo que puede favorecer el crecimiento bacteriano. Los conductos lácteos pueden bloquearse temporalmente, lo que provoca estasis de la leche y un aumento de la presión dentro del seno, lo que puede facilitar la entrada de bacterias.

Grietas y pezones doloridos :La lactancia materna a veces puede provocar grietas o dolor en los pezones, que pueden servir como puntos de entrada para las bacterias. Estas grietas pueden ocurrir debido a técnicas de cierre inadecuadas o lactancia frecuente.

Función inmune deteriorada :La lactancia puede inhibir temporalmente el sistema inmunológico, lo que hace que las madres que amamantan sean más susceptibles a las infecciones. Esto se debe a que los recursos del cuerpo se centran en producir leche y apoyar el crecimiento del bebé.

Congestión :La ingurgitación, que es la plenitud excesiva de los senos debido a la acumulación de leche, puede aumentar el riesgo de infección. La ingurgitación puede ocurrir cuando la producción de leche excede la demanda del bebé o si hay dificultades para extraer la leche.

Bacterias promotoras de la mastitis :Ciertas bacterias, como Staphylococcus aureus y Streptococcus, se asocian comúnmente con infecciones mamarias. Estas bacterias pueden estar presentes en la piel o en la boca del bebé y pueden ingresar al tejido mamario a través de grietas o piel dañada.

Factores de riesgo :Algunas madres que amamantan pueden tener un mayor riesgo de sufrir infecciones mamarias debido a afecciones subyacentes como diabetes, fatiga o un sistema inmunológico debilitado.

Es importante que las madres que amamantan prioricen las medidas preventivas, como técnicas adecuadas de lactancia, mantener la higiene de los senos y evitar la ingurgitación excesiva para reducir el riesgo de infecciones mamarias durante la lactancia. El reconocimiento temprano de los síntomas y el tratamiento oportuno también son cruciales para controlar eficazmente la mastitis y prevenir complicaciones.