Por lo general, se aplica un torniquete en la parte superior del brazo para crear una obstrucción venosa y hacer que las venas se congestionen y sean más visibles, lo que facilita el acceso a procedimientos como la punción venosa o la terapia intravenosa. Al impedir el retorno venoso, un torniquete permite una visualización y palpación más sencilla de las venas. Sin embargo, es esencial soltar el torniquete inmediatamente después del procedimiento para evitar posibles complicaciones asociadas con una oclusión venosa prolongada.