¿Cuándo no se recomienda la cirugía artroscópica diagnóstica?

Por lo general, no se recomienda la artroscopia diagnóstica en las siguientes situaciones:

- Infección: Si hay una infección activa en la articulación o alrededor de ella, no se recomienda la artroscopia, ya que puede introducir bacterias en la articulación y empeorar la infección.

- Daño articular grave: En los casos en que la articulación está gravemente dañada, como en la osteoartritis avanzada, la artroscopia diagnóstica puede no proporcionar información útil y puede resultar innecesaria.

- Trastornos hemorrágicos no controlados: Los pacientes con trastornos hemorrágicos no controlados no deben someterse a una artroscopia, ya que puede provocar un sangrado excesivo durante y después del procedimiento.

- Daño a los nervios: Si hay un daño nervioso significativo en el área cercana a la articulación, es posible que la artroscopia no sea aconsejable ya que puede comprometer aún más la función nerviosa.

- Articulación inestable: En los casos en que la articulación es inestable, como en algunas lesiones de ligamentos, la artroscopia de diagnóstico puede ser difícil de realizar y puede no proporcionar información precisa.

- Valor diagnóstico insuficiente: En algunos casos, la artroscopia diagnóstica puede no ser necesaria si otras pruebas de imagen, como la resonancia magnética (MRI), pueden proporcionar suficiente información sobre la afección de la articulación.

- Salud general del paciente: Si la salud general de un paciente está comprometida o tiene otras afecciones médicas importantes, es posible que no se recomiende la artroscopia de diagnóstico, ya que puede presentar riesgos adicionales.