¿Por qué podría necesitarse una cirugía de bursitis?
1. Dolor e inflamación persistentes: Si los tratamientos conservadores como el reposo, la aplicación de hielo, los analgésicos, la fisioterapia y los medicamentos antiinflamatorios no logran aliviar el dolor y la inflamación intensos y persistentes en la bolsa afectada, se puede recomendar la cirugía. El dolor crónico puede afectar significativamente las actividades diarias, la movilidad y la calidad de vida.
2. Rango de movimiento limitado: La bursitis puede provocar rigidez y reducción del rango de movimiento en la articulación afectada, lo que dificulta la realización de tareas cotidianas o la realización de actividades físicas. La cirugía puede tener como objetivo restaurar la flexibilidad y mejorar la función articular abordando la causa subyacente de la bursitis.
3. Infección: En los casos en que la bursitis sea causada por una infección bacteriana, puede ser necesaria una cirugía para drenar la bolsa infectada, extirpar cualquier tejido infectado y administrar los antibióticos adecuados. No tratar una bolsa infectada a tiempo puede provocar complicaciones graves, incluida la propagación de la infección al hueso (osteomielitis) o al torrente sanguíneo (sepsis).
4. Espolones óseos o calcificaciones: Si la bursitis está asociada con espolones óseos o calcificaciones (depósitos de calcio) que inciden en la bolsa y causan dolor e incomodidad, es posible que sea necesaria la extirpación quirúrgica de los espolones óseos o las calcificaciones para aliviar la presión sobre la bolsa y reducir el dolor.
5. Tratamientos conservadores fallidos: Cuando la bursitis no responde adecuadamente a los tratamientos conservadores durante varias semanas o meses, se puede considerar la cirugía como el siguiente paso para aliviar los síntomas persistentes y mejorar la función.
6. Bursitis crónica: En personas con bursitis crónica y recurrente que afecta significativamente su calidad de vida y no ha respondido a otras opciones de tratamiento, se puede recomendar la cirugía para abordar permanentemente el problema subyacente y prevenir futuras recurrencias.
Es importante señalar que la cirugía para la bursitis generalmente se considera cuando otras medidas no quirúrgicas no han logrado brindar un alivio suficiente y cuando la afección afecta significativamente las actividades y funciones diarias. Es necesaria la consulta con un profesional de la salud, como un cirujano ortopédico, para determinar el enfoque de tratamiento más adecuado para cada caso individual de bursitis.