Por lo general, la fiebre después de una cirugía de reemplazo de rodilla no debería durar más de unos pocos días. Generalmente, una fiebre baja (alrededor de 99 a 101 °F o 37 a 38 °C) dentro de las primeras 24 a 48 horas después de la cirugía se considera normal. Sin embargo, si la fiebre persiste durante más de tres días o alcanza una temperatura más alta, es importante consultar a su médico, ya que podría ser un signo de infección u otras complicaciones.