En general, el infarto de miocardio reciente o inestable se considera una contraindicación temporal para la intervención quirúrgica electiva. Esto se debe a que existe un mayor riesgo de complicaciones, como ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y arritmia, en las primeras etapas después de un ataque cardíaco. El momento de la cirugía después de un infarto de miocardio dependerá de la salud general del individuo, la gravedad del ataque cardíaco y el tipo de cirugía que se esté considerando. En algunos casos, la cirugía puede retrasarse varias semanas o meses hasta que el paciente se haya estabilizado y recuperado del ataque cardíaco.