La cirugía no siempre es necesaria para el tratamiento de enfermedades de transmisión sexual (ETS). El tratamiento de las ETS depende de la infección específica y puede incluir antibióticos, medicamentos antivirales o antimicóticos. En algunos casos, la cirugía puede ser necesaria si una ETS ha causado complicaciones como enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), embarazo ectópico o cáncer.