¿Qué hacer si inhalas amoniaco y lejía te duele la garganta?
- Problemas respiratorios: El amoníaco y la lejía pueden irritar los pulmones y las vías respiratorias, provocando tos, sibilancias, falta de aliento y dificultad para respirar.
- Irritación ocular: El amoníaco y la lejía pueden causar irritación, enrojecimiento y dolor en los ojos.
- Irritación de la piel: El amoníaco y la lejía pueden provocar irritación, enrojecimiento y quemaduras en la piel.
- Náuseas y vómitos: El amoníaco y la lejía pueden provocar náuseas, vómitos y dolor abdominal.
- Irritación de garganta: El amoníaco y la lejía pueden irritar la garganta y provocar dolor de garganta, dolor y dificultad para tragar.
Si ha inhalado amoníaco y lejía y experimenta alguno de estos síntomas, es importante buscar atención médica inmediata. Cuanto antes reciba tratamiento, mayores serán sus posibilidades de evitar problemas de salud graves.
Mientras espera que llegue la ayuda médica, hay algunas cosas que puede hacer para ayudar a aliviar sus síntomas:
- Traslácese a una zona bien ventilada. Tome un poco de aire fresco para ayudar a despejar sus pulmones y vías respiratorias.
- Enjuágate los ojos con agua. Si tiene alguna irritación en los ojos, enjuáguelos con agua fría durante varios minutos.
- Hacer gárgaras con agua salada. Hacer gárgaras con agua salada puede ayudar a aliviar el dolor de garganta.
- Beba muchos líquidos. Beber muchos líquidos ayudará a eliminar las toxinas de su cuerpo.
No intente inducir el vómito. Los vómitos pueden empeorar la irritación de la garganta y las vías respiratorias.