¿Cómo se examina clínicamente a un paciente con ascitis?
1. Inspección:
- Observar la apariencia abdominal del paciente. Buscar:
- Distensión o agrandamiento abdominal.
- Flancos abultados.
- Protrusión o eversión umbilical.
- Venas abdominales visibles (caput medusae).
2. Palpación:
- Palpe suavemente el abdomen con ambas manos.
- Evaluar si hay áreas sensibles, masas o hernias.
- Compruebe si hay emoción fluida (movimiento ondulante que se siente en una mano mientras se golpea con la otra).
- Sentir la presencia de matidez cambiante (un cambio en la nota de percusión de sorda a timpánica cuando el paciente gira de un lado a otro).
3. Auscultación:
- Utilice un estetoscopio para escuchar los ruidos intestinales en los cuatro cuadrantes del abdomen.
- Evaluar la presencia de salpicadura por sucusión (un sonido de salpicadura que se escucha sobre el abdomen después de sacudir suavemente al paciente de lado a lado).
4. Percusión:
- Percutir el abdomen de forma sistemática, empezando por un cuadrante y avanzando en el sentido de las agujas del reloj.
- Identificar áreas de embotamiento (que indica líquido) y tímpano (que indica gas).
- Determinar la onda de fluido (una fluctuación ondulatoria que se siente al percutir el abdomen).
5. Maniobras adicionales:
- Pida al paciente que se siente (posición erguida) y observe si hay cambios posturales en la distribución del líquido abdominal.
- Realice un tacto rectal para detectar anomalías, masas o sensibilidad.
- Evaluar otros signos de enfermedad hepática, como ictericia, angiomas en araña, eritema palmar y palmas hepáticas.
6. Pruebas de Diagnóstico:
- Dependiendo de los hallazgos del examen clínico, pueden ser necesarias pruebas diagnósticas adicionales, como por ejemplo:
- Ecografía abdominal para confirmar la presencia y valorar las características de la ascitis.
- Paracentesis (extracción de líquido abdominal con una aguja) para analizar el líquido y determinar su causa.
- Análisis de sangre para evaluar la función hepática, función renal y niveles de electrolitos.
Al realizar cuidadosamente estas técnicas de examen clínico, los profesionales de la salud pueden identificar la presencia de ascitis, evaluar su gravedad y determinar la causa subyacente, lo que ayuda en el manejo y tratamiento adecuados.