¿Qué es la reanimación completa?
La reanimación completa normalmente implica un esfuerzo coordinado por parte de profesionales de la salud que utilizan diversas técnicas y equipos médicos, que incluyen:
1. Compresiones torácicas: Se realiza mediante compresiones torácicas firmes y rápidas para mantener el flujo sanguíneo artificial al corazón y al cerebro.
2. Respiración artificial (respiración de rescate): Proporcionar respiración de rescate para llevar oxígeno a los pulmones y apoyar la ventilación. Esto se puede hacer mediante respiración boca a boca, ventilación con bolsa-mascarilla o un ventilador mecánico.
3. Desfibrilación: Si el corazón del paciente tiene un ritmo que puede provocar descargas (fibrilación ventricular o taquicardia ventricular), se puede utilizar un desfibrilador externo automático (DEA) o un desfibrilador manual para administrar una descarga eléctrica controlada para restaurar el ritmo cardíaco normal.
4. Acceso intravenoso (IV): El establecimiento de un acceso intravenoso permite la administración de medicamentos y líquidos para apoyar la condición del paciente, como epinefrina, atropina y líquidos para reponer volumen.
5. Manejo avanzado de las vías respiratorias: En algunos casos, puede ser necesaria la intubación para asegurar las vías respiratorias y facilitar una respiración eficiente. Esto se puede hacer mediante intubación endotraqueal o un dispositivo de vía aérea supraglótica.
6. Monitoreo y atención continua: Los esfuerzos de reanimación incluyen monitorear continuamente los signos vitales del paciente, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la saturación de oxígeno y las pupilas. Se pueden iniciar tratamientos e intervenciones médicas adicionales según las necesidades específicas del paciente.
El objetivo de la reanimación completa es mantener las funciones vitales hasta que se pueda identificar y tratar la causa subyacente del paro cardíaco. Es un procedimiento urgente que requiere una acción rápida y coordinada por parte de personal médico capacitado para mejorar las posibilidades de una reanimación exitosa y una supervivencia a largo plazo del paciente.