¿Cómo se diagnostica la menopausia?

El diagnóstico de menopausia se basa en la presencia de ciertos síntomas, como sofocos, sudores nocturnos y cambios en los períodos menstruales, y análisis de sangre para confirmar niveles bajos de las hormonas femeninas estrógeno y progesterona.

El síntoma más común de la menopausia son los sofocos, que son sensaciones repentinas de calor y sudoración que pueden durar unos minutos o más. Los sofocos pueden ir acompañados de otros síntomas, como ansiedad, irritabilidad, dificultad para dormir y dolores de cabeza.

Los períodos menstruales también cambian durante la menopausia. Pueden volverse irregulares, más cortos o más pesados ​​y, finalmente, detenerse por completo. En las últimas etapas de la menopausia, las mujeres también pueden experimentar sequedad vaginal, adelgazamiento de la piel y aumento de peso.

Para confirmar el diagnóstico de menopausia, el médico puede ordenar análisis de sangre para medir los niveles de estrógeno y progesterona. Estas hormonas son producidas por los ovarios y sus niveles disminuyen durante la menopausia. Un análisis de sangre también puede descartar otras afecciones que pueden provocar síntomas similares a los de la menopausia, como problemas de tiroides o desequilibrios hormonales.

Otra forma de diagnosticar la menopausia es mediante el uso de una prueba de hormona folículo estimulante (FSH). La FSH es una hormona producida por la glándula pituitaria. Los niveles de FSH aumentan durante la menopausia y un nivel alto de FSH puede ser un indicio de que una mujer es menopáusica.

Además de los análisis de sangre, el médico también puede recomendar otras pruebas, como un examen pélvico o una ecografía, para descartar otras afecciones que puedan estar causando los síntomas de la menopausia.

El diagnóstico de menopausia también puede incluir:

- la edad de la mujer; Por lo general, la menopausia ocurre entre los 40 y los 50 años.

- Antecedentes de irregularidades menstruales.

- Duración del tiempo desde el último período menstrual