Cómo se trata la EPI

El tratamiento para la lipomatosis epidural (EPI) generalmente implica medidas quirúrgicas y no quirúrgicas para reducir la presión sobre la médula espinal y los nervios y abordar cualquier afección subyacente. A continuación se presentan algunas opciones de tratamiento comunes para la EPI:

1. Tratamiento No Quirúrgico:

a. Pérdida de peso:si la EPI se asocia con la obesidad, una pérdida de peso significativa puede ayudar a reducir los depósitos de grasa alrededor de la columna.

b. Fisioterapia:los ejercicios dirigidos y la fisioterapia pueden mejorar la postura y fortalecer los músculos de la espalda, reduciendo la presión sobre la columna.

do. Manejo del dolor:Se pueden usar analgésicos recetados o de venta libre, como medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) u opioides, para controlar el dolor.

d. Inyecciones de esteroides:las inyecciones epidurales de esteroides pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor.

2. Tratamiento Quirúrgico:

En los casos en que los métodos no quirúrgicos sean ineficaces o la compresión de la médula espinal o los nervios sea grave, puede ser necesaria la cirugía. Las opciones quirúrgicas incluyen:

a. Laminectomía:se extirpa una porción de las vértebras para crear más espacio para la médula espinal y los nervios.

b. Laminotomía:se realiza una abertura más pequeña en las vértebras para aliviar la presión sobre el área afectada.

do. Foraminotomía:este procedimiento implica agrandar las aberturas entre las vértebras para aliviar la presión sobre los nervios espinales.

d. Discectomía:si una hernia de disco contribuye a la EPI, puede ser necesaria la extirpación quirúrgica del disco.

mi. Fusión espinal:en algunos casos, las vértebras pueden fusionarse para proporcionar estabilidad y evitar una mayor compresión.

3. Gestión de condiciones subyacentes:

Si la EPI es causada por una afección subyacente, como diabetes o problemas de tiroides, el tratamiento y manejo adecuados de estas afecciones pueden ayudar a mejorar los síntomas.

4. Rehabilitación:

Después de la cirugía o del tratamiento intensivo no quirúrgico, se pueden recomendar programas de rehabilitación para mejorar la movilidad, fortalecer la espalda y prevenir la recurrencia.

Es importante seguir las recomendaciones e instrucciones de su proveedor de atención médica para el plan de tratamiento adecuado según su condición específica y sus necesidades individuales.