¿Por qué la acetazolamida está contraindicada en la cirrosis?

La acetazolamida está contraindicada en cirrosis debido al riesgo de encefalopatía hepática.

La acetazolamida es un inhibidor de la anhidrasa carbónica que se usa para tratar una variedad de afecciones, como el glaucoma, el mal de altura y la epilepsia. Actúa inhibiendo la enzima anhidrasa carbónica, lo que conduce a una disminución en la producción de iones bicarbonato. Esto puede provocar una reducción del pH de la sangre, lo que puede provocar encefalopatía hepática en pacientes con cirrosis.

La encefalopatía hepática es una afección que ocurre cuando el hígado no puede eliminar adecuadamente las toxinas de la sangre. Esto puede provocar una variedad de síntomas, que incluyen confusión, somnolencia, temblores y convulsiones. En casos graves, la encefalopatía hepática puede ser mortal.

El riesgo de encefalopatía hepática aumenta en pacientes con cirrosis porque tienen una capacidad reducida para eliminar las toxinas de la sangre. La acetazolamida puede reducir aún más la capacidad del hígado para eliminar toxinas, lo que puede provocar encefalopatía hepática.

Por estos motivos, la acetazolamida está contraindicada en pacientes con cirrosis.