¿Qué es la rubéola?
El sarampión se caracteriza por fiebre que puede alcanzar hasta 104 grados Fahrenheit, tos, secreción nasal y ojos rojos y llorosos. Después de unos días, aparece una erupción en la cara que se extiende al resto del cuerpo. La erupción puede durar hasta una semana y puede ir acompañada de picazón e hinchazón.
En algunos casos, el sarampión puede provocar complicaciones más graves, como neumonía, encefalitis y panencefalitis esclerosante subaguda (PEES), un trastorno cerebral poco común pero mortal que puede desarrollarse años después de la infección inicial.
El sarampión es una enfermedad que se puede prevenir con vacunas y la vacuna contra el sarampión es segura y eficaz. La vacuna generalmente se administra a niños de 12 meses y de 4 a 6 años de edad y proporciona inmunidad a largo plazo contra la enfermedad.
En los últimos años se han producido brotes de sarampión en Estados Unidos y otros países, en gran parte debido a la disminución de las tasas de vacunación. Para prevenir la propagación del sarampión y proteger a sus comunidades, es importante que las personas se vacunen contra el sarampión y mantengan altas tasas de cobertura de vacunación.