¿Es ilegal realizar una resonancia magnética o una tomografía computarizada con contraste sin verificar la TFG?

En los Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) exige que los profesionales de la salud controlen la tasa de filtración glomerular (TFG) del paciente antes de administrar agentes de contraste para imágenes por resonancia magnética (IRM) o tomografías computarizadas (TC). Esto se debe a que los agentes de contraste pueden ser perjudiciales para los pacientes con enfermedad renal, y comprobar la TFG ayuda a identificar a los pacientes que corren el riesgo de desarrollar lesión renal aguda inducida por contraste (CI-AKI).

La FDA recomienda que los profesionales de la salud utilicen la ecuación CKD-EPI (Chronic Kidney Disease Epidemiology Collaboration) para estimar la TFG. La ecuación CKD-EPI utiliza la edad, el sexo, la raza y el nivel de creatinina sérica del paciente para calcular la TFG.

Los profesionales de la salud también deben considerar el historial médico del paciente y otros factores que podrían afectar la TFG, como diabetes, hipertensión e insuficiencia cardíaca.

Si la TFG de un paciente es inferior a 60 ml/min/1,73 m2, el profesional sanitario debe sopesar los riesgos y beneficios de administrar un agente de contraste. En algunos casos, puede ser necesario administrar el agente de contraste en una dosis más baja o tomar otras precauciones para reducir el riesgo de CI-AKI.

No comprobar la TFG antes de administrar un agente de contraste podría provocar CI-AKI, que puede ser una afección grave y potencialmente mortal.