El ataque isquémico transitorio (AIT) es una interrupción temporal del flujo sanguíneo al cerebro, que puede causar una variedad de síntomas que incluyen debilidad repentina, entumecimiento u hormigueo en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o problemas de visión. Por lo general, no se recomienda el masaje para personas que han sufrido un AIT, ya que puede aumentar el riesgo de sufrir otro AIT o un derrame cerebral. Esto se debe a que el masaje puede aumentar el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede ejercer una presión adicional sobre las arterias y aumentar el riesgo de que se forme un coágulo de sangre. Además, el masaje puede provocar la liberación de mediadores inflamatorios, que también pueden contribuir a la formación de coágulos sanguíneos. Por estas razones, generalmente es aconsejable evitar los masajes si ha experimentado un AIT.