Sí, las esporas de ántrax son muy resistentes a la descomposición ambiental y pueden sobrevivir durante años o incluso décadas en el medio ambiente. Están protegidos por una gruesa capa hidrofóbica que protege el ADN del interior de elementos nocivos. Esta resistencia convierte al ántrax en un agente potencial de bioterrorismo, ya que puede propagarse fácilmente y es difícil de contener.