Algunas orugas, como la oruga del gato y la oruga de la silla de montar, tienen espinas venenosas que pueden causar una picadura dolorosa. El veneno no suele poner en peligro la vida, pero puede causar síntomas como hinchazón, picazón, enrojecimiento y dolor. En algunos casos, la picadura también puede provocar náuseas, vómitos y mareos. Si te pica una oruga, es importante lavar la zona afectada con agua y jabón y aplicar una compresa fría. También es posible que desees tomar un analgésico de venta libre, como ibuprofeno o acetaminofén. Si los síntomas son graves, es posible que deba buscar atención médica.