Se recomienda consultar inmediatamente a un veterinario si su perro ha sido mordido por un animal que pueda ser portador de rabia. En caso de que se sospeche que el animal que muerde tiene rabia, el veterinario evaluará la situación y determinará el curso de acción adecuado. Por lo general, el veterinario administrará profilaxis post-exposición (PEP) contra la rabia al perro. La PEP implica una serie de vacunas contra la rabia administradas durante un período específico para prevenir el desarrollo de la rabia si el animal que muerde realmente estaba rabioso. El veterinario también puede recomendar otras medidas como cuidado de heridas, antibióticos y observación de signos de rabia. Es fundamental buscar atención veterinaria de inmediato en tales situaciones para garantizar la seguridad y el bienestar de su perro.