¿Cuándo las células pierden el control en el cáncer?
Los cambios genéticos clave que contribuyen a la pérdida de control en el cáncer incluyen:
1. Activación de oncogenes:las mutaciones en protooncogenes pueden convertirlos en oncogenes, que son genes que promueven el crecimiento y la proliferación celular descontrolados. Estas mutaciones pueden conducir a la sobreactivación de proteínas oncogénicas que impulsan el desarrollo del cáncer.
2. Inactivación del gen supresor de tumores:los genes supresores de tumores desempeñan un papel fundamental en la prevención del crecimiento celular descontrolado y la promoción de la muerte celular cuando es necesario. Las mutaciones o deleciones en genes supresores de tumores pueden alterar su función normal, permitiendo que las células escapen de los mecanismos reguladores del crecimiento normal.
3. Defectos de reparación del ADN:las células tienen mecanismos de reparación del ADN para corregir errores en el material genético. Los defectos en estos mecanismos pueden provocar la acumulación de mutaciones, lo que contribuye a la inestabilidad genómica y la aparición de células cancerosas.
4. Disfunción de los telómeros:Los telómeros son tapas protectoras en los extremos de los cromosomas que se acortan con cada división celular. Cuando los telómeros se acortan críticamente, las células pueden entrar en un estado de senescencia (detención del crecimiento) o sufrir apoptosis (muerte celular programada). Las mutaciones en los genes de mantenimiento de los telómeros pueden provocar una disfunción de los telómeros, lo que permite que las células eviten estos puntos de control y continúen dividiéndose sin control.
5. Alteraciones epigenéticas:los cambios epigenéticos implican modificaciones en el ADN o sus proteínas asociadas sin alterar la secuencia del ADN subyacente. Las modificaciones epigenéticas anormales pueden afectar los patrones de expresión genética, lo que lleva a la activación de oncogenes y al silenciamiento de genes supresores de tumores, lo que contribuye al desarrollo del cáncer.
Estas alteraciones genéticas pueden provocar una progresión desregulada del ciclo celular, evadir la apoptosis (muerte celular programada), sostener la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos), activar la invasión y la metástasis, permitir la inmortalidad replicativa y reprogramar el metabolismo energético.
En conjunto, estas alteraciones genéticas alteran los mecanismos normales de control celular, lo que permite que las células escapen de los procesos reguladores normales y adquieran las características del cáncer.