¿Puede una persona viva donar hígado?

Sí, una persona viva puede donar un hígado a alguien que lo necesite. Este tipo de donación se conoce como trasplante de hígado de donante vivo. En un trasplante de hígado de donante vivo, una persona sana dona una parte de su hígado a alguien que necesita un trasplante de hígado. El tejido hepático donado luego se trasplanta al cuerpo del receptor, donde comienza a funcionar y regenerarse, reemplazando finalmente el hígado enfermo o dañado del receptor.

El trasplante de hígado es un procedimiento complejo y delicado que requiere una evaluación y planificación cuidadosas. Los trasplantes de hígado de donante vivo solo se consideran cuando hay un donante adecuado que tiene una compatibilidad genética cercana con el receptor y cuando se han evaluado exhaustivamente los riesgos y beneficios del procedimiento. El donante debe gozar de buena salud y cumplir criterios específicos para garantizar su seguridad durante el proceso de donación.

El proceso real de donación de hígado implica varios pasos. El donante se somete a evaluaciones médicas integrales, que incluyen exámenes físicos, análisis de sangre y estudios de imágenes, para evaluar su salud general y su idoneidad para la donación. Si el donante cumple con todos los criterios necesarios, se someterá a una cirugía para extirpar una parte de su hígado. Esta cirugía generalmente implica un procedimiento quirúrgico laparoscópico o abierto y la realiza un equipo de cirujanos de trasplantes con experiencia.

Luego, el tejido hepático donado se trasplanta al cuerpo del receptor mediante otro procedimiento quirúrgico. El receptor se somete a una terapia inmunosupresora antes y después del trasplante para evitar que su organismo rechace el órgano donado. La estrecha vigilancia y seguimiento son fundamentales tanto para el donante como para el receptor para garantizar su bienestar y recuperación tras el trasplante.

El trasplante de hígado de donante vivo es un procedimiento médico extraordinario que puede brindar oportunidades para salvar o mejorar la vida de personas con insuficiencia hepática o enfermedad hepática grave. Es un testimonio de la generosidad y el altruismo de los donantes vivos que están dispuestos a compartir una parte de sí mismos para ayudar a otros necesitados.