Si se extirpa parte del hígado, ¿volverá a crecer?
Después de la resección hepática (extirpación quirúrgica de un segmento del hígado), el tejido hepático sano restante sufre hiperplasia (aumento de tamaño de las células hepáticas existentes) e hipertrofia (aumento del tamaño de las células hepáticas individuales). Esta respuesta es provocada por factores de crecimiento liberados en el sitio de la lesión y la mayor demanda del tejido hepático restante para realizar funciones esenciales.
El proceso de regeneración está altamente coordinado e involucra varios mecanismos celulares y moleculares. Las células del hígado (hepatocitos) desempeñan un papel central en la regeneración. Después de la cirugía hepática, los hepatocitos cerca del sitio de resección comienzan a proliferar rápidamente. Este proceso se ve facilitado por factores de crecimiento, citocinas y otras moléculas de señalización producidas en respuesta a la lesión.
A medida que los hepatocitos se multiplican, forman tejido hepático y conductos biliares nuevos. El tejido nuevo llena gradualmente el espacio dejado por el segmento de hígado extirpado. El tejido hepático regenerado tiene una estructura y función similar al hígado original, lo que le permite realizar sus tareas vitales, como el metabolismo, la desintoxicación, la síntesis de proteínas y la producción de bilis.
La regeneración del hígado es un ejemplo notable de la capacidad del cuerpo para autocurarse y reparar el tejido dañado. El proceso de regeneración suele tardar de varias semanas a meses, dependiendo del grado de extirpación del hígado. En la mayoría de los casos, el hígado puede regenerarse a su tamaño y función originales, lo que permite a las personas llevar una vida saludable después de la cirugía.