¿Qué órganos del cuerpo se ven afectados por el amianto?

Las fibras de amianto pueden causar daños a varios órganos del cuerpo, particularmente a aquellos que entran en contacto directo con ellas. Estos son los órganos que comúnmente se ven afectados por el amianto:

1. Pulmones:Las fibras de asbesto pueden inhalarse y depositarse profundamente en los pulmones. Con el tiempo, esto puede provocar cicatrices e inflamación del tejido pulmonar, provocando afecciones como asbestosis, cáncer de pulmón y mesotelioma pleural.

2. Pleura:La pleura es la membrana que recubre los pulmones y la pared interna de la cavidad torácica. Las fibras de asbesto pueden causar inflamación y engrosamiento de la pleura, lo que lleva a una afección llamada placas pleurales. En algunos casos, el mesotelioma pleural, un tipo de cáncer poco común y agresivo, puede desarrollarse en la pleura debido a la exposición al asbesto.

3. Corazón:Aunque es menos común, la exposición al asbesto se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, incluidas enfermedades de las arterias coronarias e insuficiencia cardíaca congestiva. Se cree que las fibras de amianto pueden causar daños al músculo cardíaco y a los vasos sanguíneos que irrigan el corazón.

4. Tracto gastrointestinal:las fibras de asbesto que se tragan pueden afectar potencialmente el sistema digestivo. Pueden causar inflamación y cicatrización del tracto gastrointestinal, lo que lleva a afecciones como cánceres gastrointestinales, particularmente cánceres de esófago y estómago.

5. Riñones:La exposición al asbesto se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedad renal y cáncer de riñón. Se cree que las fibras de asbesto pueden dañar las delicadas unidades de filtrado dentro de los riñones, lo que provoca un deterioro de la función renal y la posibilidad de desarrollar cáncer de riñón.

Es importante señalar que los efectos del amianto en diferentes órganos pueden variar según el nivel y la duración de la exposición, la susceptibilidad individual y otros factores. Las enfermedades relacionadas con el amianto suelen tener un largo período de latencia, lo que significa que pueden tardar muchos años en desarrollarse después de la exposición.