¿Qué es un blastoma?

Blastoma es un término general utilizado en medicina para referirse a un tipo de cáncer que se origina a partir de células inmaduras o embrionarias. Estos tumores suelen ser malignos y pueden aparecer en varias partes del cuerpo. La palabra "blastoma" se deriva de las palabras griegas "blastos", que significa germen o brote, y "oma", que significa tumor.

Algunos tipos comunes de blastomas incluyen:

1. Meduloblastoma:un tumor cerebral altamente maligno que surge en el cerebelo, que se encuentra en la parte posterior del cerebro. Afecta principalmente a niños y es el tumor cerebral maligno más común en este grupo de edad.

2. Neuroblastoma:cáncer que se desarrolla a partir de células nerviosas inmaduras (neuroblastos) y se encuentra con mayor frecuencia en bebés y niños pequeños. Puede ocurrir en varios lugares, como el abdomen, el pecho o las glándulas suprarrenales.

3. Retinoblastoma:un cáncer de ojo poco común que se origina en la retina, el tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo. Por lo general, afecta a niños pequeños y puede ser hereditario o esporádico.

4. Nefroblastoma, también conocido como tumor de Wilms:un tipo de cáncer de riñón que ocurre casi exclusivamente en niños y es el tipo más común de cáncer de riñón infantil. Surge de células inmaduras en el riñón en desarrollo.

5. Hepatoblastoma:tumor hepático maligno que afecta a bebés y niños pequeños. Es el tipo más común de cáncer primario de hígado en niños.

6. Tumores de células germinales:Son tumores que se originan a partir de las células germinales, que son las células reproductoras de los testículos o los ovarios. Pueden ocurrir en niños y adultos e incluyen tumores como seminomas, disgerminomas y coriocarcinomas.

Es importante tener en cuenta que cada tipo de blastoma tiene sus propias características, factores de riesgo y enfoques de tratamiento únicos. Estos tumores suelen ser agresivos y requieren atención médica inmediata y estrategias de tratamiento especializadas para mejorar los resultados y aumentar las tasas de supervivencia. El diagnóstico suele implicar técnicas de imagen, biopsias y pruebas de laboratorio. El tratamiento puede incluir una combinación de cirugía, radioterapia y quimioterapia.