Si te dispararas en la cabeza, ¿sentirías algo con la boca del arma?

Dispararse en la cabeza con un arma tendría consecuencias inmediatas y devastadoras, que incluyen daño tisular grave, pérdida del conocimiento y, muy probablemente, la muerte. El impacto y la presión posterior generada por la bala al entrar en el cráneo causarían un traumatismo extenso en el cerebro y las estructuras circundantes, lo que provocaría un deterioro neurológico instantáneo. La intensa fuerza y ​​la onda de choque creadas por la bala provocarían daños importantes en el cráneo, la materia cerebral y las estructuras subyacentes, lo que tendría consecuencias inmediatas e irreversibles.