¿Cómo puede la exposición al sol provocar cambios en el ADN?
1. Formación de dímeros de timidina:los rayos UVB tienen la mayor energía y son los principales responsables de causar daño directo al ADN. Pueden inducir la formación de enlaces covalentes entre moléculas de timina adyacentes en el ADN, lo que lleva a la formación de dímeros de timidina. Estos dímeros distorsionan la estructura del ADN e interfieren con la replicación y transcripción del ADN.
2. Daño oxidativo:la radiación ultravioleta también puede generar especies reactivas de oxígeno (ROS) dentro de las células, como el oxígeno singlete y los radicales hidroxilo. Estas ROS pueden causar daño oxidativo al ADN, lo que lleva a la formación de bases oxidadas, roturas de cadenas de ADN y otros tipos de daños en el ADN.
3. Enlaces cruzados del ADN:en algunos casos, la radiación ultravioleta puede inducir la formación de enlaces cruzados entre el ADN y las proteínas o entre diferentes cadenas de ADN. Estos enlaces cruzados alteran la estructura y función normales del ADN, afectando la expresión genética y los mecanismos de reparación del ADN.
4. Mutaciones e inestabilidad genómica:Los diversos cambios en el ADN inducidos por la radiación UV pueden provocar mutaciones, que son alteraciones en la secuencia del ADN. Las mutaciones pueden tener consecuencias funcionales para los genes y contribuir al desarrollo de cáncer de piel y otras enfermedades. Además, la radiación ultravioleta también puede inducir inestabilidad genómica, lo que se refiere a una mayor tendencia del genoma a adquirir y acumular más cambios en el ADN.
5. Supresión de la reparación del ADN:la radiación ultravioleta también puede afectar la eficiencia de los mecanismos de reparación del ADN, como la reparación por escisión de nucleótidos (NER) y la reparación por escisión de bases (BER). Esto puede resultar en la acumulación de daño en el ADN y un mayor riesgo de mutaciones.
Es importante señalar que el alcance del daño en el ADN causado por la exposición al sol depende de varios factores, incluida la intensidad y duración de la exposición, el tipo de piel y las variaciones individuales en la capacidad de reparación del ADN. La exposición prolongada al sol y sin protección puede aumentar significativamente el riesgo de daño al ADN y las consecuencias para la salud asociadas. Por lo tanto, una protección solar adecuada, como usar protector solar, usar ropa protectora y buscar sombra durante las horas pico de sol, es esencial para prevenir los efectos adversos de la radiación ultravioleta en el ADN.