¿Qué tipos de fibromas uterinos existen?

Los fibromas uterinos, también conocidos como leiomiomas, se pueden clasificar en diferentes tipos según su ubicación y patrones de crecimiento. Éstos son algunos tipos comunes de fibromas uterinos:

1. Miomas intramurales: Estos son el tipo más común de fibromas uterinos y crecen dentro de la pared muscular del útero. Pueden variar en tamaño y causar síntomas como sangrado menstrual abundante, dolor pélvico y problemas urinarios.

2. Miomas submucosos: Estos fibromas sobresalen hacia la cavidad uterina, distorsionando su forma y afectando el endometrio. Los fibromas submucosos pueden provocar síntomas como sangrado menstrual abundante o prolongado, infertilidad y abortos espontáneos recurrentes.

3. Miomas subserosos: Los fibromas subserosos crecen en la superficie exterior del útero y se extienden hacia la cavidad abdominal. Es posible que no causen síntomas significativos, pero en algunos casos pueden provocar malestar abdominal, dolor de espalda y estreñimiento.

4. Miomas pediculados: Estos fibromas crecen sobre un tallo o pedículo delgado que los conecta con el útero. Los fibromas pediculados pueden ser subserosos o submucosos y pueden sufrir torsión (torsión del pedículo), lo que provoca un dolor intenso.

5. Miomas intraligamentosos: Los fibromas intraligamentosos se desarrollan entre las capas de ligamentos que sostienen el útero. Son relativamente raros y pueden causar dolor pélvico, problemas urinarios y dificultad para defecar.

6. Miomas cervicales: Estos fibromas crecen en el cuello uterino, que es la parte inferior del útero que se conecta con la vagina. Los fibromas cervicales pueden causar sangrado vaginal anormal, dolor durante las relaciones sexuales e infertilidad.

Es importante tener en cuenta que los fibromas uterinos también se pueden clasificar según su tamaño y número. Es posible que los fibromas pequeños no causen ningún síntoma y que no requieran tratamiento. Sin embargo, los fibromas más grandes o múltiples pueden provocar diversos síntomas y pueden requerir intervención médica o quirúrgica.