Cómo hacer que un niño con TDAH se duerma
Cree una rutina relajante a la hora de acostarse: Establece una rutina relajante en la hora previa a acostarte. Esto puede incluir tomar un baño tibio, leer un cuento y evitar las pantallas.
Dormitorio propicio para dormir: Asegúrese de que la habitación de su hijo sea fresca, oscura, silenciosa y cómoda. Elimine posibles distracciones, como juguetes o dispositivos electrónicos.
Evite las comidas copiosas antes de acostarse: Las comidas copiosas pueden alterar el sueño, así que trate de servir la última comida abundante unas horas antes de acostarse. Sin embargo, asegúrese de que su hijo tome un refrigerio ligero o una bebida antes de acostarse para evitar que se despierte con hambre.
Limite el tiempo frente a la pantalla antes de dormir: La luz azul que emiten las pantallas electrónicas puede interferir con el sueño. Apague televisores, computadoras y teléfonos al menos una hora antes de acostarse.
Reduzca el consumo de cafeína, azúcar y chocolate: La cafeína y el azúcar pueden ser estimulantes, así que evítelos en las horas previas a la hora de acostarse. El chocolate contiene cafeína y puede contener azúcar, por lo que es mejor evitarlo por la noche.
Fomente la actividad física: El ejercicio regular durante el día puede mejorar la calidad del sueño. Sin embargo, la actividad vigorosa demasiado cerca de la hora de acostarse puede tener el efecto contrario. Intente realizar una actividad moderada de 3 a 4 horas antes de acostarse.
Proporcione luz natural durante el día: La exposición a la luz solar durante el día puede ayudar a que el reloj interno del cuerpo se mantenga sincronizado. Fomente el juego al aire libre o abra las persianas durante el día.
Controlar el estrés y la ansiedad: El estrés puede alterar el sueño. Hable con su hijo sobre cualquier inquietud o inquietud que pueda tener. Técnicas como la respiración profunda, el yoga y la meditación pueden ayudar a reducir el estrés.
Limitar las siestas durante el día: Si bien algunas siestas pueden ser beneficiosas, hacerlo en exceso durante el día puede dificultar conciliar el sueño por la noche. Trate de limitar las siestas a no más de una hora y evite las siestas al final de la tarde o al anochecer.
Tenga paciencia: Es posible que estas estrategias tarden algún tiempo en surtir pleno efecto. Sea paciente y consistente al implementar estos cambios.
Consulte a un médico: Si los problemas de sueño persisten o afectan significativamente el funcionamiento diario de su hijo, consulte a su médico. Pueden evaluar si alguna afección médica subyacente o medicamento está contribuyendo a las dificultades para dormir.