¿Qué le sucede a su sistema circulatorio y respiratorio cuando vive a gran altura?

Vivir a gran altura plantea varios desafíos para los sistemas circulatorio y respiratorio. Esto es lo que sucede con estos sistemas cuando un individuo reside a gran altura:

1. Sistema circulatorio:

- Aumento de la producción de glóbulos rojos: El cuerpo produce más glóbulos rojos (eritrocitos) para transportar oxígeno de manera más eficiente. Este proceso, conocido como eritropoyesis, es estimulado por la reducida concentración de oxígeno en las grandes altitudes.

- Aumento de la concentración de hemoglobina: Cada glóbulo rojo transporta más hemoglobina para unirse y transportar más oxígeno. Esta adaptación asegura un suministro adecuado de oxígeno a los tejidos a pesar de los niveles más bajos de oxígeno.

- Aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial: El corazón late más rápido y la presión arterial aumenta para compensar los niveles reducidos de oxígeno y mantener un flujo sanguíneo adecuado a los órganos y tejidos.

- Aumento de la viscosidad de la sangre: La mayor concentración de glóbulos rojos hace que la sangre sea más espesa y viscosa. Esto puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos y accidentes cerebrovasculares.

- Edema pulmonar: En casos extremos, algunas personas pueden experimentar edema pulmonar a gran altitud (HAPE), una afección potencialmente mortal en la que se acumula líquido en los pulmones. Ocurre debido al aumento de la tensión sobre la circulación pulmonar.

2. Sistema respiratorio:

- Aumento de la frecuencia y profundidad de la respiración: La frecuencia respiratoria (número de respiraciones por minuto) aumenta para compensar la reducción de la concentración de oxígeno. Cada respiración se vuelve más profunda para llevar más oxígeno a los pulmones.

- Aumento de la ventilación pulmonar: Los pulmones trabajan más para extraer oxígeno del aire inhalado. Este aumento de la ventilación pulmonar ayuda a mantener los niveles de oxígeno en sangre.

- Hipoxia: A pesar de estas adaptaciones, los niveles de oxígeno en la sangre pueden seguir siendo más bajos que al nivel del mar, lo que lleva a un estado de hipoxia crónica leve. Sin embargo, la aclimatación del cuerpo ayuda a mitigar los efectos de la hipoxia.

- Mortal de Montaña: Algunas personas pueden experimentar mal de montaña agudo (AMS), que incluye síntomas como dolores de cabeza, náuseas, mareos y dificultad para respirar. Esto suele ocurrir dentro de las primeras 24 a 48 horas después de ascender a grandes altitudes.

Vivir a gran altura puede ser físicamente exigente para los sistemas circulatorio y respiratorio. Sin embargo, la mayoría de las personas se adaptan a estos desafíos con el tiempo mediante ajustes fisiológicos. La aclimatación a grandes altitudes suele tardar varias semanas o meses, y algunas personas pueden experimentar síntomas persistentes que requieren atención médica o descenso a altitudes más bajas.