¿Cómo altera la demencia la homeostasis?
Termorregulación alterada: La demencia puede afectar la capacidad del cerebro para regular la temperatura corporal, provocando hipotermia (temperatura corporal anormalmente baja) o hipertermia (temperatura corporal anormalmente alta).
Alteraciones del ciclo sueño-vigilia: La demencia puede alterar el ritmo circadiano y provocar insomnio, somnolencia diurna excesiva o patrones irregulares de sueño y vigilia. Estas alteraciones pueden afectar aún más la función cognitiva y las actividades diarias.
Desequilibrios electrolíticos: La demencia puede afectar la capacidad del cerebro para regular el equilibrio de líquidos y electrolitos, lo que provoca desequilibrios en el sodio, el potasio y otros electrolitos. Estos desequilibrios pueden causar una variedad de síntomas, que incluyen debilidad muscular, confusión y convulsiones.
Cambios en el apetito y la sed: La demencia puede afectar la capacidad del cerebro para regular el hambre y la sed, lo que provoca desnutrición, deshidratación o comer y beber en exceso. Estos cambios pueden deteriorar aún más la función cognitiva y la salud en general.
Continencia alterada: La demencia puede afectar el control del cerebro sobre la función de la vejiga y los intestinos, lo que provoca incontinencia o infecciones del tracto urinario. La incontinencia puede tener importantes impactos sociales y psicológicos en las personas con demencia y sus cuidadores.
Movilidad reducida: La demencia puede causar síntomas físicos que limitan la movilidad, como debilidad muscular, rigidez y alteraciones de la marcha. La movilidad reducida puede provocar caídas, lesiones y una mayor pérdida de independencia.
Estas alteraciones de la homeostasis pueden afectar significativamente la salud y el bienestar general de las personas con demencia y contribuir a la progresión de la enfermedad.