¿Cómo afecta el Alzheimer al sistema respiratorio?

Si bien la enfermedad de Alzheimer afecta principalmente al cerebro, puede afectar indirectamente al sistema respiratorio a través de varios mecanismos. A continuación se muestran algunas formas en que el Alzheimer puede influir en el sistema respiratorio:

1. Disfagia:dificultad para tragar

La enfermedad de Alzheimer puede provocar disfagia, que es dificultad para tragar. Esta afección puede aumentar el riesgo de neumonía por aspiración, un tipo de infección pulmonar que ocurre cuando los alimentos o líquidos ingresan a los pulmones en lugar del estómago. La disfagia puede deberse a una coordinación deficiente de los músculos implicados en la deglución y una disminución de la sensación en la garganta y la boca.

2. Impulso respiratorio reducido:

Los cambios en la función cerebral asociados con el Alzheimer pueden afectar el impulso respiratorio, que es el control de la respiración por parte del cerebro. Esto puede provocar patrones de respiración superficiales e irregulares. La reducción del impulso respiratorio puede contribuir a complicaciones respiratorias, incluida la hipoxemia (niveles bajos de oxígeno en la sangre) y la insuficiencia respiratoria.

3. Apnea central del sueño:

Las personas con Alzheimer tienen más probabilidades de experimentar apnea central del sueño, una afección caracterizada por pausas en la respiración durante el sueño debido a la incapacidad del cerebro para enviar señales adecuadas a los músculos respiratorios. La apnea central del sueño puede alterar la calidad del sueño, aumentar la somnolencia diurna y empeorar la función cognitiva.

4. Deterioro del reflejo de la tos:

La enfermedad de Alzheimer puede afectar el reflejo de la tos, que es esencial para eliminar secreciones y objetos extraños del tracto respiratorio. Este deterioro aumenta el riesgo de infecciones y complicaciones respiratorias.

5. Disminución de la movilidad y la actividad física:

El Alzheimer puede causar una disminución de la movilidad y la actividad física, lo que lleva a una reducción de la fuerza y ​​la resistencia de los músculos respiratorios. La disminución de la actividad física puede provocar una respiración superficial, una capacidad pulmonar reducida y un mayor riesgo de complicaciones respiratorias.

Las complicaciones respiratorias son comunes en personas con etapas avanzadas de la enfermedad de Alzheimer y pueden afectar significativamente su salud y bienestar general. El seguimiento regular, la intervención temprana y la atención médica adecuada son cruciales para controlar los problemas respiratorios y reducir su impacto en personas con enfermedad de Alzheimer.