El aire frío puede empeorar los síntomas del asma en muchas personas. Cuando se inhala aire frío, se desencadena broncoespasmo, una afección en la que los músculos alrededor de las vías respiratorias se tensan, provocando dificultad para respirar. Esto se debe a que el aire frío puede irritar e inflamar las vías respiratorias, lo que dificulta que el aire entre y salga de los pulmones. Además, el cambio repentino de temperatura puede provocar una mayor producción de moco en las vías respiratorias, obstruyendo aún más el flujo de aire. Es importante que las personas con asma tomen precauciones cuando se exponen a temperaturas frías, como usar una bufanda o mascarilla para cubrirse la boca y la nariz y calentar antes de hacer ejercicio al aire libre.